La imposición
de manos es una práctica religiosa milenaria de judíos y cristianos, que aún
continúa realizándose, con fines de
dar autoridad, para comunicar algún don o mensaje del espíritu santo y para la
curación de los enfermos. Es evidente que con la práctica se logra transferir
electrones complejos autopropulsados libres o ECAL a una persona. Esto tiene su
importancia y, en asociación con la ceremonia y el ambiente majestuoso, se
puede generar algún efecto adicional al del electrón libre sobre la mente de
las personas cuando, fundamentalmente, existen en éstas conocimientos previos y
determinadas necesidades y expectativas. Aquí deberíamos considerar el efecto
placebo más el efecto de los ECAL. Por otro lado, muchos curas sanadores
y otras personas laicas lo realizan suponiendo que poseen un don especial que
les permite ser intermediarios entre el espíritu santo y los hombres, que son
los beneficiarios por esta intervención de características divinas. Con la
intervención del espíritu santo el paciente o fiel supone que recobrará de
alguna forma su estado de bienestar o salud lo cual, lógicamente, le provoca
una inmensa alegría, un efecto placebo. Nosotros hemos observado y estudiado un
tipo de interacción de contacto físico entre el maestro y su paciente. Nos
hemos detenido en dos situaciones bien claras: una, cuando el propio maestro o
su ayudante apoyan sus manos sobre el cuero cabelludo del paciente o fiel y, la
otra situación, es cuando el maestro empuja levemente a su paciente y éste
puede caer al suelo. En este último caso se supone la intervención del espíritu
santo. Cuando no cae el paciente, la decepción recíproca parece importante y
momentáneamente el fiel pierde confianza ya que esperaba un resultado positivo.
Hemos
observado que en las ceremonias donde las personas son asistidas de forma
individual y que se realizan en el altar o zonas bien visibles desde todos los
lugares del recinto o templo y en las que participan ayudantes, la intervención
del espíritu santo alcanza una mayor frecuencia de éxitos que aquellas que son
multitudinarias y la atención de los fieles se dispersa. Por lo general, estas
últimas prácticas la realizan los maestros o ayudantes en forma individual. De
las observaciones realizadas podemos deducir que existe una correlación entre
las personas que mantienen los ojos claramente cerrados al empujarlas y la
caída de ellas. Hemos detectado que los ayudantes, ubicados de frente al fiel,
colocan sus manos sobre el cuero cabelludo, zona parietal. Desde allí,
desplazan sus manos hacia la cara y, en el centro de ella y a la altura de los
ojos, los dedos pulgares se cruzan. De esta forma el paciente se ve obligado a
cerrar sus ojos. Seguidamente, el ayudante retira la mano izquierda y deja
libre la zona. Mientras tanto, el maestro mantuvo su miembro superior derecho
extendido paralelo al suelo y cerca de la cara del paciente. Fija su mirada
sobre el rostro del fiel y cuando se asegura de que sus ojos permanecen
cerrados inicia una aproximación y empuja la cabeza en la zona liberada y,
finalmente, el individuo cae al suelo.
Sabemos por
la fisiología, que la visión es una modalidad sensorial, de las cuatro, por las
que se obtiene información que al ser procesada permite que se mantenga el
equilibrio postural durante los movimientos. Las otras tres modalidades son la
posición de la cabeza informada por el aparato vestibular, la propiocepción y
la exterocepción. Sabemos también que cuando se anula una modalidad las otras
tres pueden compensar su falta, pero cuando se anulan dos le resulta imposible
a las personas compensarlas y automáticamente se pierde el equilibrio ante la
menor exigencia [1 p.114]. Nuestra sospecha es que de alguna forma el espíritu
santo es un mecanismo que anula una segunda modalidad, por lo menos, y, por esa
razón, al empujarlo levemente el individuo cae al suelo. Al analizar los
modelos que propone la teoría corpuscular cuántica encontramos la respuesta a
este hecho tan espectacular. Sostenemos que al colocar las manos sobre la
cabeza del paciente se genera lo que hemos definido como la interrupción
momentánea de la atracción (IMA) de los cuerpos apoyados, basada en una
reinterpretación de la tercera ley de Newton que afirma que las fuerzas en la
naturaleza siempre existen en pares. La tercera ley se describe así: “Si dos
objetos interactúan, la fuerza F12 ejercida por el objeto 1 sobre el
objeto 2 (fuerza de acción) es igual en magnitud pero opuesta en dirección a la
fuerza F21 ejercida por el objeto 2 sobre el objeto 1 (fuerza de
reacción) [2 p. 88]”. Antes de introducirnos en explicar los fenómenos que
ocurren a nivel subatómico para justificar los fallos en la información que
sufren las personas sometidas a la imposición de manos debemos relatar unos
hechos anecdóticos que fueron la fuente de inspiración de nuestra revelación.
En nuestra etapa de adolescencia realizábamos un juego con algunos amigos
(Pilí, Pepe y Caníbal). En él hacíamos sentar a un amigo en un banco de la
plaza de mi pueblo y, una vez sentado, apoyábamos nuestras palmas, una encima
de la otra, sobre la cabeza de nuestra ocasional víctima y, después de ejercer
una importante fuerza sobre ella, dejábamos de presionarla. Inmediatamente,
juntábamos nuestros dedos índices y los colocábamos en las axilas y en las
corvas, parte posterior de la articulación de cada rodilla. Para sorpresa de
nuestra víctima, lográbamos levantarla por encima de nuestros hombros. Esto
duraba muy poco tiempo y ya habíamos previsto de antemano tomarlo correctamente
de los brazos para evitar una fuerte caída. Con este experimento fundamental
comprobamos lo que denominamos: interrupción momentánea de la atracción de los
cuerpos apoyados o simplemente IMA. Este procedimiento misterioso, que a
nosotros nos divertía, posee los mismos principios que la tercera ley de Newton
[3 pp.19 y 20].
En nuestra
teoría corpuscular cuántica con la ampliación del modelo estándar de partículas
elementales existen dos tipos de electrones. El electrón complejo
autopropulsado libre o ECAL que se genera durante el proceso de la creación de
pares. Esto se observa cuando un tren fotónico corpuscular complejo (TFCC)
metamórfico interacciona con una partícula masiva del núcleo atómico. El otro
electrón, es el electrón complejo autopropulsado unido al nucleón o ECAU que se
origina por la desintegración de los neutrones o nucleones. Estos últimos
electrones son los responsables del enlace químico y los podemos identificar
como enlazados y no enlazados. Estos dos tipos diferentes de electrones son
fundamentales para comprender la atracción de los cuerpos. Hemos imaginado que
las moléculas, de agua en este caso, figura 1, se posicionan espacialmente
según la dirección de los ECAL componentes del campo magnético. Cuando el campo
magnético es descendente (izquierda) las moléculas reducen su longitud, se
comprimen sobre el sustento. En cambio, cuando el campo magnético es ascendente
(derecha) aumentan su longitud, se estiran, y en ambos campos magnéticos los
ECAU no enlazados poseen una dirección opuesta a la de los ECAL.
Cuando
aplicamos una fuerza sobre un cuerpo apoyado modificamos la posición espacial
de las moléculas y con ello provocamos un aumento de las interacciones de
repulsión entre los ECAL y los núcleos atómicos, ver las figuras 2 y 3. Al
perder la coherencia de los ECAL en el interior del cuerpo también se genera
una pérdida de coherencia de los ECAU no enlazados porque aumentan las
interacciones de repulsión entre ambos tipos de electrones. Esto provoca que
las fuerzas de dirección opuestas generadas por los ECAL y los ECAU no
enlazados disminuyan o se pierdan completamente, por esta razón es que podíamos
levantar a “nuestras víctimas” por un breve tiempo que culmina cuando una de
las fuerzas comienza a predominar sobre la otra y el cuerpo cae a tierra.
En la
imposición de manos, una interacción de contacto atractiva entre dos cuerpos
bajo un mismo campo magnético, las alteraciones en la coherencia de los ECAU no
enlazados provocadas serían fundamentales para alterar la frecuencia de
descarga de los receptores sensitivos: propioceptores, exteroceptores y del aparato
vestibular y, por lo tanto, se modifica la información recibida en los tres
niveles del control motor y, además, se encuentra anulada la visión. Con esta
nueva e incompleta información le resultará poco probable generar, al fiel, una
respuesta motora involuntaria correcta que le permita mantener el control del
equilibrio postural cuando el maestro le empuje la cabeza. En otros casos,
ocurre que durante el empujón se mantiene la interacción de contacto y en esta
situación no sólo se altera la posición de la cabeza en el espacio en forma
exagerada sino que también continúan sus efectos sobre los receptores
sensitivos. Podemos advertir que el individuo cae al suelo y permanece un
tiempo prolongado en él, lo que hace aún más espectacular a la imposición de manos.
Resulta
evidente para nosotros que la pérdida transitoria de la visión junto a la
interrupción momentánea de la atracción de los cuerpos es fundamental para
explicar la caída de los fieles cuando son empujados durante la imposición de
manos. Las manos sobre la cabeza afectan la frecuencia de descarga de los
receptores sensitivos, encargados de informar a los centros superiores que
controlan la postura y los movimientos del cuerpo, al alterar la coherencia de
los ECAL y los ECAU no enlazados. Esta situación que modifica a las fuerzas
opuestas de estos electrones, donde los ECAU no enlazados tienden a estirar las
moléculas por su fuerza cinética y los ECAL a repulsar, por su fuerza fotónica
repulsiva, a los núcleos atómicos tratando de comprimir las moléculas, hace que
los ECAU enlazados, es decir el enlace químico altere su tensión de unión y, en
consecuencia, modifique la frecuencia de
descarga del receptor sensitivo (figura 4).
[1] Tresguerres,
J. A. F. y colaboradores. Fisiología Humana, Madrid. Mc Graw Hill
Interamericana, 2005.
[2] Serwey, R. A.; Faughn, J. S. Física, Thomson,
México, mayo de 2007.
[3] Urquiola, H. M. El experimento
paraíso II: el fin de los misterios, 2016. <https://drive.google.com/file/d/0B9zbHnEpNLY3eG95ZVdmVjB0NHc/view?usp=sharing>.
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